LACTANCIA Y PACIENCIA!

Admiro a todas las mujeres que dan a luz y amamantan sin problema alguno a su recien nacido. Para mi fue un verdadero infierno en vida. La cesarea impidió la subida de la leche, mis pechos estaban duros como piedras y la pequeña boquita de mi bebe era incapaz de agarrar el pezón, lo que os digo...un infierno. Hasta que una mujer con bata blanca y sonrisa fotogénica me hizo ver la luz. Las primeras semanas alimenté a mi hijo con lactancia mixta, que significa a ratos biberón, a ratos pecho. La cuarta semana fui abandonando el biberón hasta conseguir amamantar a mi hijo solamente a pecho. Lo cierto es que siempre había creído que una vez que el bebé prueba las mieles de la tetina jamás volvería al pezón, creencia que me habían transladado tanto enfermeras como madres durante mi embarazo, nada más lejos de la realidad en el caso de mi hijo que acepto tanto tetina como pezón alternativamente durante tres semanas y sin rechistar.

Aquello me cambió la vida. Amamanté a mi peque durante siete meses y es algo que volvería a repeir una y otra vez a pesar del desgaste que supone en muchos aspectos, tanto estéticos como anímicos. Desde mi punto de vista y con cierta experiencia en el tema podría destacar lo siguiente:

La lactancia es cuestión de sacrificio pero sobre todo de técnica, tanto por parte de la madre como por parte del recien nacido. Es evidente que la madre debe de ser la guía para que el bebe adquiera esa técnica de la que hablo. Lamentablemente creo que hay mucha leyenda urbana en torno a la lactancia y esto hace que muchas madres opten directamente por la lactancia artificial o biberón sin dar oportunidad a su propia naturaleza...es una lástima.